La preparé ayer para celebrar el santo de Vicen. A medio día nos invitó a comer fuera y por la noche cenamos en casa. La hice en un momento, de ahí el nombre, aprovechando varias ideas que tenía, algún tuneo y, sobre todo, probando para otra que tengo que preparar entre hoy y mañana para una celebración muy especial que tenemos el domingo y que ya os enseñaré.
Es una especie de adaptación de la
Corona de chocolate, reduciendo y cambiando alguno de los ingredientes. También quería comprobar cómo quedaba esta decoración de Charlotte que había visto por tantos sitios.
Ingredientes:
-300 ml leche desnatada
-un poco más de media pastilla de chocolate de postres
-un sobre de gelatina en polvo
-2 cucharadas soperas colmadas de leche condensada desnatada
-4 cucharadas soperas colmadas de azúcar
-bizcochos de soletilla
-nutella
-sirope de chocolate
-un gran lazo
Preparación:
Ponemos a calentar la leche, azúcar, leche condensada y el chocolate troceado para que se deshaga. Añadimos el sobre de gelatina y, apartado del fuego, mezclamos con la batidora para evitar grumos. Colocamos de nuevo al fuego y removemos hasta que hierva un poco. Vertemos sobre un molde (el mío desmoldable de 13 cm de diámetro, chiquitín, chiquitín, una monada) y dejamos enfriar. Introducimos en la nevera hasta que está cuajado del todo.
Desmoldamos separando con cuidado los bordes con la punta de un cuchillo y adornamos cortando los bizcochos de soletilla por la mitad y pintándolos con un poco de nutella para que se peguen a la tarta. Decoramos son sirope de chocolate y un clavel de azúcar y rodeamos la tarta con un gran lazo.
Para servirla, quitamos el lazo y cortamos las porciones cuidando que no se despeguen los bizcochitos.
Os pongo muchas fotos porque quedó monísima, tan chiquitita y arreglada ella.






