Normalmente las sardinas las comemos asadas, aunque no con la frecuencia que nos gustaría, porque el olor que queda luego en casa te hace arrepentirte luego, jajaja. En esta ocasión las he hecho fritas para la cena. Sólo hay que limpiarlas bien de cabeza y tripas y hacerlas en abundante aceite bien caliente, espolvoreándolas con sal y rebozándolas en un poco de harina, sacudiendo el exceso.
Algunas llevaban huevas y también las hice con el mismo sistema porque a mi hija le gustan mucho.
En el aceite que quedó eché unas rebanadas del pan casero que hice, a modo de picatostes. Mi padre nos ha hecho esto muchas veces y aún sigue haciéndolo de vez en cuando. Ese pan está crujiente y con mucho sabor.
Ya están ricas verdad!!! llegando éste tiempo las sardinas se ponen jugosas y ricas...también yo las hago así fritas y de vez en cuando asadas, pero menos por el olor, jejej
ResponderEliminarUn saludo!!!
Pues sí que están buenas y así no huelen, jajaja. Besitos.
ResponderEliminarQue ricas las sardinas. Yo también las pongo en la cena, y con una ensalada de pimientos están exquisitas.
ResponderEliminarbesos.
A mí me gusta mucho la ensalada de pimientos, Tere, a ver si las acompaño así la próxima vez. Gracias por la idea. Besitos.
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